Educación Técnica

Aquellos que se enamoran de la práctica sin acompañarla con la ciencia, son como el navegante que entra al barco sin poseer ni timón ni brújula, su viaje será a la deriva. Siempre la práctica se debe edificar sobre una esmerada teoría...”

Leonardo Da Vinci

Antecedentes Históricos de la Enseñanza Técnica en la Argentina

Gracias a las crónicas coloniales se puede apreciar, el nacimiento y desarrollo de la artesanía y su respectivo aprendizaje en el Río de la Plata. Los maestros españoles llegados con la conquista prolongan en estos lares de ultramar, la benemérita institución del taller, no solo realizan producciones en las diversas artes, sino que enseñan los oficios a criollos e indios. Estos maestros comparten méritos por promover el aprendizaje artesanal, con los misioneros franciscanos, dominicos y jesuitas. Como síntesis de este empuje civilizador, se destacan las reducciones jesuíticas de Córdoba, Tucumán, las Selvas Guaraníes y la de los Bosques Chaqueños donde, con paciencia, trabajaban los indios en las tareas de, escultores, tallistas, carpinteros, tipógrafos, y herreros.

En Buenos Aires, los hijos de Loyola instalan el primer horno de ladrillos, en la intersección de las calles Bolivar y Moreno y a partir de ese momento los edificios comienzan a construirse con este nuevo material mucho más resistente.

Al inaugurarse el Virreinato del Río de la Plata, la presencia del Virrey Vértiz imprime un mayor empuje a las artesanías de las distintas provincias. Entre 1823 y 1852 se crea una atmósfera favorable para los oficios y las artes: la litografía, la imprenta, los grabados, la pintura, y la arquitectura tienen cultores importantes, basta mencionar nombres como los de, Juan Dauville, Pedro De Angelis, Carlos Enrique Pellegrini, Gaetano Descalzi, Pridiliano Pueyrredon y Felipe Senillosa entre otros.

En el Litoral en 1852 se destaca la escuela “La Victoria” y en Santa Fe el arte del grabado tiene a su mas preclaro representante, don Santiago Caccia, quién funda la Sociedad de Artesanos.

En 1853 Francisco Carulla establece por su cuenta una fundición y fábrica de maquinarias en la primera cuadra de la actual Avenida Leandro N. Alem, contratando en Europa oficiales artesanos, que adiestran en los talleres de su fábrica a los aprendices nativos.

Inglaterra se convierte en un enorme foco manufacturero y, con su desarrollada flota naval al servicio de una política netamente expansionista, sumerge a las antiguas Provincias de Ultramar Españolas, en el frío esquema de la división internacional del trabajo, se les impone el papel de simples generadores de materias primas y alimenticias, cuyo efecto es el retraso de la industrial local.

La Iniciativa Privada y las Escuelas de Artes y Oficios

En América hispánica, la mayoría de sus héroes y libertadores puntualizan la deficiencia de la enseñanza técnica, BOLIVAR pide más agricultores y mecánicos, San Martín levanta su voz por la falta de preparación artesanal, años después J. B. Alberdi propicia la multiplicación de las escuelas industriales, el Estado encerrado en otras preocupaciones posterga la solución del problema y la iniciativa privada, lo hace en su lugar.

Hablar de las Escuelas de Artes y Oficios es esbozar la figura de Don Bosco, con una clara visión, de una ciudad de Turín pujante e industrializada que se agigantaba a cada paso, con el trabajo de niños sin amparo y protección, trata de salvar la institución del aprendizaje que viene del vetusto artesanado, dándole una orientación moderna y adaptada a los tiempos del maquinismo. Crea las características y el modelo de lo que en la actualidad son las grandes escuelas técnicas. En 1853 pone en funcionamiento su primera Escuela de Artes y Oficios en la ciudad de TURIN, donde se enseña: sastrería, zapatería, carpintería, herrería y mecánica y su progresista influencia pronto se hará sentir en España, Bélgica, Francia y Alemania.

En 1875 arriban a nuestro país el entonces padre Cagliero, frente a un grupo de sacerdotes y religiosos, son los primeros hijos de Don Bosco: los misioneros de la orden de San Francisco de Sales, reconocidos como los Salesianos al año siguiente con un aporte de setenta mil pesos de los Vicentinos, acciona en un edificio, sito en la esquina de las calles Tacuarí y San Juan , la primera Escuela de Artes y Oficios de la Argentina y Sudamérica. Sus organizadores y educadores son los padres Salesianos. Los primeros alumnos, eran muchachos venidos del Asilo de Huérfanos, distribuyéndose en los cuatro primeros talleres de: carpintería, zapatería, encuadernación y sastrería.

El 19 de marzo de 1878, la escuela de la calle Tacuarí es trasladada al barrio de Almagro, y será conocida popularmente como la Escuela de Artes y Oficios de San Carlos, pero prevalece el nombre de Escuela de Artes y Oficios PIO IX.

En el año 1897, se da el primer paso oficial en la Argentina, hacia la implantación de la enseñanza industrial. El entonces ministro de Justicia e Instrucción Pública, don Antonio Bermejo, crea un Departamento Industrial, anexo a la Escuela Nacional de Comercio con el fin de dar instrucción técnica a los jóvenes que desearan dedicarse a las carreras industriales, pero al año siguiente de su implementación el proyecto fracasa. Para remediar esta situación es llamado el ingeniero Otto Krause, quien con el cargo de director técnico modifica el plan de estudios dividiéndolos en teóricos, de experimentación física, de laboratorio, tecnología y trabajos manuales.

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Finalmente el 17 de marzo de 1899 el Ministro Magnasco, decreta la separación del Departamento Nacional de Comercio y crea la Escuela Industrial de la Nación, como institución independiente, funcionando en sus orígenes en un viejo local de la calle Alsina. Gracias al empeño y al esfuerzo del ingeniero O. Krause en 1904 comienza a construirse el nuevo edificio que será inaugurado oficialmente en 1909 en el predio comprendido por las calles Paseo Colón, Méjico, Azopardo y Chile, la cual servirá como modelo a las escuelas fundadas con posterioridad.

Los Albores de las Escuelas Fábricas y de Aprendizaje

A lo largo de la década de 1930 fueron adoptándose medidas que podrían definirse como “intervencionistas defensivas”, paralelamente al desarrollo industrial en momentos en que las coyunturas internacionales lo exigieron. El papel otorgado a la educación fue orientado cada vez más hacia el cumplimiento de los requisitos del modelo económico. La escuela atendía a las demandas de una gran masa de migrantes internos que tras abandonar el campo, se instalan en la ciudad para mejorar su calidad de vida.

La crisis de los años 30 tuvo derivaciones que alentaron el crecimiento industrial, la complejidad y diversificación pueden haber generado demandas ocupacionales que no podían ser satisfechas, ya sea por instituciones existentes o por la inmigración. Durante la presidencia de Agustín P. Justo, mediante la Ley de la Nación N° 12.234 promulgada en el año 1935, se crean las cuatro primeras escuelas Técnicas de Oficios, las que abarcaban las siguientes especialidades: industria de la madera, del hierro, de la edificación y la industria eléctrica.

La década siguiente, a partir de 1943 se asistirá a una política de franca y abierta intervención del estado en la economía Las condiciones económicas del país, cuando Juan Domingo Perón recibió el poder, eran netamente favorables. La Argentina eterna deudora del cono sur, había pasado a la condición de acreedora y la colocación de sus productos agropecuarios en Europa afianzaba la prosperidad de los años venideros. La industria liviana había sustituido importaciones en forma aceptable, el porvenir se presentaba firme y opulento.

La industria ve abrirse ante sí un espléndido panorama, las cartas se juegan por las soluciones técnicas, para ello Perón al promover la industria , incluye en su programa de gobierno, la formación de una conciencia técnica nacional.

En base a esta dinámica concepción, el gobierno nacional da a publicidad el decreto 14.538/45, originario de la Ley N° 12.921 y el decreto 6648/45 modificatorio del anterior, siendo ya presidente Juan domingo Perón, se convalidan ambos decretos por la Ley N° 12.921, por ella se pone en marcha la Comisión Nacional de aprendizaje y Orientación Profesional, verdadero pilar de la enseñanza técnica y de la industria nacional, que originó la creación de las denominadas Escuelas Fábricas “de varones y mujeres”, para aprendices adolescentes” y las Escuelas de Capacitación Obrera para personas adultas de ambos sexos que se desempeñaban en la industria. Como bien lo dice su denominación , dicha ley tenía a su cargo el funcionamiento del Aprendizaje y Orientación Profesional, que comprendía tres ciclos: CICLO BASICO, CICLO TECNICO y la UNIVERSIDAD OBRERA NACIONAL.

En lo que respecta a la enseñanza técnica dependiente del ministerio de Educación, tuvo lugar un proceso de unificación de los distintos tipos de enseñanza industrial que existían hasta ese momento, creándose en el año 1944 la Dirección General de Enseñanza Técnica, unificándose los planes de estudio de las escuelas de Artes y Oficios, Técnicas de Oficio y Escuelas Industriales, establecimientos que serán denominados a partir de ese momento: “Escuelas Industriales de la Nación"

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Hacia fines de la década de 1950 se fomenta una nueva etapa de sustitución de importaciones, con el consiguiente desarrollo de industrias productoras de bienes intermedios y de consumo duradero, automotores, química, petroquímica que a su vez actuaron como estímulo de industrias proveedoras de insumos y/o componentes. El 26 de enero de 1951 la Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional es transferida a la órbita del Ministerio de Educación y Justicia por medio del Decreto N° 1477.

En 1958 en la presidencia del Dr. Arturo Frondizi la meta de la educación era: preparar recursos humanos para el desarrollo. El 15 de noviembre de 1959, se sanciona la Ley 15.240, por ella se crea el CONSEJO NACIONAL DE EDUCACION TECNICA (CONET) el cual funcionaba como un ente autárquico. El Poder Ejecutivo Nacional se reservaba la designación de su Presidente con acuerdo del Senado de la Nación y 7 vocales: 3 docentes técnicos, 3 en representación y a propuesta de entidades empresarias y 1 de extracción laboral, por primera vez en el país la empresa privada se incorporaba a la enseñanza.

Hacia el año 1965, las autoridades del CONET toman la decisión de refundir el Ciclo Básico de las Escuelas Técnicas con las Escuelas Fábrica y de Aprendizaje e implantan un Ciclo Común para ambas, la finalidad era ofrecer el mismo nivel de enseñanza a todos los alumnos de la docencia técnica, que con ciertas modificaciones en algunas especialidades, tienen vigencia en la actualidad. Cabe consignar que, en su momento esta medida fue resistida por algunos, ya que sustrajo a los sectores del trabajo y la producción, de la posibilidad de obtener un título de obrero calificado.

Extraído de la Revista del 50 aniversario de la Institución


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